No cabe duda que lo que anoche vivió la Gran Manzana tardaremos mucho en olvidarlo. Era un evento extraño, pero no defraudó en nada las expectativas que había creado: Andy Warhol presentaba a una nueva superstar y para ello había cedido su propia Factory, en la calle Cuarenta y Siete.
El público se amontonaba a la entrada de la sala repitiendo en voz alta el nombre que llevaba leyendo en las paredes de Manhattan desde hacía varias semanas. La foto de Dora Catarineu que ilustró la portada del último Interview se proyectaba sobre la fachada.
El espectáculo lo merecía. Bajo el toldo plateado sujetado por columnas en fucsia desfiló todo Nueva York. Glamour, mucho glamour, plataformas, petardas y Divine, fue la primera en llegar. Fascinante como siempre, entró cogida del brazo de Waters. La procesión continuó: Tama Janowitz, Yoko Ono, Madonna, y Jellibean, Ric Ocasek, Jerry Hall, Jack Nicholson, Paloma Picasso y Bianca Jagger. Gritos y famosos durante un buen rato, esta Dora se hizo esperar.
Pero llegó el momento, y de una espléndida limousine salió primero Graces Jones. De vinilo amarillo hasta los pies, las nalgas al aire y en cada una de ellas una inicial: D.C. Esto prometía. Después salió David Byrne, el mismísimo Warhol y por fin Dora Catarineu. Estupenda. Esta cartagenera dejó a todos sin habla. Había elegido para la ocasión un traje de la colección que Calvin Klein le había dedicado: líneas rectas para un estampado de Martasenmanchester y muchos Carlosencartagena y Carlotatambien. El sombrero lo mejor, desde él se veían las calas de Cabo de Palos con el faro al fondo. Calvin se enamoró realmente de ella cuando la conoció en España.
Al entrar a la Factory, todo se apgó. Al momento comenzó a sonar una canción que me volvió loco. Después me enteré que era un nuevo tema de los Talking Heads que se llamaba Stock making sense Dora. Esta Catarineu tenía Nueva York rendido a sus pies. Se encendiero las luces y la obra de Dora Catarineu por fin pudo contemplarse. Sin palabras. Gritos y sollozos, estas petardas no escatiman cuando algo les gusta. Después los comentarios, "Lou, ¿mira ese torero!". "Pero Andy mira como la adoran. ¿Seguro que no es la mujer del congresista que posó desnuda para playboy?. "Mick, elige, y si Keith quiere, para la próxima portada".
Los críticos no sabían que decir. Lo que veían allí rompía todos los moldes. Que si pop, que si conceptual. Meses divagando sobre idioteces hasta que llega una cartagenera y les despierta. Andy sabía lo que hacía.
La fiesta continuó, en un rincón me encontré a Charris y a Martin. Estaban con Martin Scorsese y William Burrougs concertando una entrevista para la Tierra. Después les perdí. Dora fué la estrella. Le ofrecieron todas las galerías de Nueva York y el People le grantizó portada.
Por fin se decidió a hablar. Brillante Dora "la próxima en Cartagena. Sí, subida de las Monjas. Habrá michirones". prometió.